San Agustín, pensador más importante de los primeros siglos del cristianismo, realiza la síntesis entre la filosofía y la teología, entre el cristianismo y el platonismo. Hecho decisivo para la filosofía de la Edad Media hasta el siglo XIII, cuando Tomás de Aquino proponga la síntesis entre cristianismo y aristotelismo.
Todo el pensamiento de San Agustín expresa el esfuerzo racional de comprender la verdad que encuentra en la fe cristiana. Razón y fe son realidades diferentes, pero se complementan. San Agustín no se preocupó jamás de trazar fronteras entre fe y razón, sino que consideró que ambas tienen como misión el esclarecimiento de la verdad, que como creyente es la verdad cristiana. “La razón sin la fe; no es apta paro hacernos alcanzar lo Verdad; fundamento último de toda verdad”, pero, al mismo tiempo, mantiene que hay que comprender lo que se cree.
Razón y fe, filosofía y teología, se funden en un único concepto de búsqueda que lleva a la Verdad, a la Sabiduría y a la Felicidad. La búsqueda de la verdad no es un método, sino un camino espiritual. Es una búsqueda activa en la que la razón y la fe han de trabajar en colaboración. Fe y razón son complementarias: la fe no sustituye a la razón y tampoco la elimina. Y, por otro lado, la razón no elimina la fe, sino que la refuerza y aclara en cierto modo.
El objetivo de San Agustín es la comprensión de la verdad cristiana, la Verdad, y a este fin colaboran la razón y la fe del siguiente modo:
- En un principio, la razón ayuda al ser humano a alcanzar la fe: San Agustín piensa que las verdades de la fe deben ir precedidas por algún trabajo de la razón, puesto que, aunque en gran parte las verdades de la fe no son demostrables, se puede demostrar que es legítimo creerlas, que es razonable creer, y es la razón la encargada de hacerlo.
- Después, la fe orienta e ilumina la razón: la auténtica sabiduría no la proporciona la filosofía- entendida como actividad racional centrada en el análisis de lo real-, sino la actividad racional volcada sobre los contenidos de la fe. Sin fe no puede haber sabiduría. La sabiduría solo la proporciona la creencia. La razón es Insuficiente y está expuesta a errores y por sí sola es incapaz de alcanzar la verdad.
- Finalmente, la razón contribuye, a su vez, al esclarecimiento de los contenidos de la fe: una vez aceptada la fe, la razón permite al creyente, siempre dentro de unos límites, profundizar en lo que la fe dice; la filosofía es valorada por San Agustín como una técnica racional que ayuda al creyente a profundizar en su fe, permitiéndole alcanzar así la sabiduría. La afirmación agustiniana “comprende para creer, cree para comprender” resume perfectamente cuál es su posición acerca de la colaboración de la razón y de la fe en la comprensión de la Verdad.
La filosofía esta subordinada a la teología. La filosofía se convierte en medio para demostrar las verdades de la fe cristiana. Primero creer y luego el esfuerzo por comprender las creencias. La fe guía y la razón profundiza.
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